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Durante años, el uso de un solar vacío como vertedero a pocas calles de la plaza de la Independencia, en pleno centro histórico de Kiev, constituyó un síntoma flagrante del desprecio que la capital ucraniana tiene hacia el espacio público. En febrero de 2014, durante los días más crudos de la Revolución de la Dignidad —también conocida como EuroMaidan, literalmente, «plaza de Europa»—, algunos activistas retiraron la valla metálica que lo rodeaba para levantar barricadas y defenderse de la policía. La brutalidad con la que las autoridades reprimieron las protestas se saldó con cientos de muertos y heridos. Al cabo de una semana, los vecinos de los alrededores del solar decidieron ocuparlo para reunirse en él y seguir debatiendo qué reformas democráticas requería Ucrania.Objeto de la intervención
La voluntad de los ocupantes era convertir el vertedero en un jardín saneado y agradable que mantuviera vivo el recuerdo del centenar largo de víctimas de la violencia policial. Bautizado como el jardín de los «Cien celestiales», el lugar tenía que conciliar la función meramente conmemorativa con actividades lúdicas y creativas que invitaran a compartir la vida cotidiana. El lema «ni lágrimas ni velas, solo acción» inspiraba un lugar que se quería transformar mediante la coproducción y la autogestión comunitarias, con la ayuda de la ONG Misto-sad pero sin ninguna injerencia por parte de las autoridades.Descripción
Desde el primer momento, la ocupación del vertedero recibió cientos de muestras de solidaridad de todo el mundo. Los voluntarios desbrozaron el solar y retiraron toneladas de residuos. Los vecinos comenzaron a plantar árboles traídos desde otros lugares del país con el fin de homenajear a las víctimas mortales con un símbolo de vida. Entre los nuevos parterres ajardinados, se reservaron senderos y un área de juegos equipada con tobogán y columpios. También se instaló un coche hecho con materiales reciclados y una caseta de madera para almacenar juguetes y enseres. En el centro del jardín hay un huerto comunal donde los niños y los vecinos aprenden a cultivar alimentos ecológicos. Cuando el tiempo lo permite, el jardín acoge eventos gratuitos al aire libre, tales como conciertos, lecturas, exposiciones, juegos pedagógicos o proyecciones de cine. Al cabo de unos meses de ocupación, el artista portugués Vhils plasmó sobre una medianera que preside el solar un retrato de Sergy Nagoya, primera víctima mortal de la policía, que se ha convertido en todo un icono del lugar.Valoración
En una ciudad poco acostumbrada a los espacios públicos bien cuidados, el jardín de los «Cien celestiales» ha establecido un nuevo precedente. El espacio alimenta las esperanzas de la gente respecto a las posibilidades de construir de abajo hacia arriba una sociedad más justa y sostenible. De hecho, se ha convertido, por sí mismo, en todo un símbolo de la democracia. Lo es como memorial dedicado a las víctimas que la defendieron épicamente y como escenario de la lucha cotidiana de quienes se esfuerzan por mantener vivo este espacio compartido y autogestionado.David Bravo │ Traducción de Maria Llopis
“Heavenly Hundred” Garden, Kiev (Ukraine). SPECIAL MENTION. European Prize for Urban Public Space 2016 (English) from CCCB on Vimeo.
[Última actualización: 20/04/2022]