Estado anterior
A partir de los años noventa, la desafección hacia el espacio público fue una constante en muchas de las ciudades que habían vivido bajo el régimen soviético. La primacía otorgada al vehículo privado como símbolo de emancipación individual y el desprestigio de lo público, percibido por buena parte de la población como una fuente de opresión, diezmaron muchos paisajes urbanos en toda la Europa oriental. Es el caso de Reghin, villa rumana de poco más de treinta mil habitantes, que ni siquiera dispone de la figura de un arquitecto municipal capaz de emprender proyectos urbanos afines al interés general. En realidad, el equipo de ingenieros que se ocupa del mantenimiento del espacio público dedica la mayor parte de su atención a la gestión del tráfico rodado.Esta dejadez se reflejaba claramente en las orillas del canal de Morii, a su paso por el vecindario de Libertății, al sur de la ciudad. Canalizado en los años ochenta con muros de hormigón que evitan desbordamientos, este afluente del río Mures vio cómo, al cabo de una década, sus márgenes quedaban completamente privatizados y edificados. El propio ayuntamiento, titular de los terrenos ribereños, los dividió en pequeñas parcelas para alquilarlas a particulares y permitir que edificaran en ellas construcciones efímeras. Se trataba de garajes individuales, quioscos y trasteros que, a la hora de la verdad, se construyeron con materiales robustos, a base de muros de ladrillo y cimientos de hormigón. Alineadas a lo largo de ambas orillas, las construcciones daban la espalda al agua de canal, que acabó desapareciendo por completo de la vista de los peatones. El barrio quedó totalmente desprovisto de espacios comunes para el ocio y la calle Duzilor —de los morales—, adyacente a la orilla sur, perdió todas las zarzas que le habían dado nombre.
Objeto de la intervención
En 2010, un grupo de arquitectos originarios de Reghin pero residentes en otras ciudades emprendió, a iniciativa propia, una campaña para sensibilizar a los vecinos de Libertății respecto a los beneficios que ofrecería la restitución de las orillas del canal como espacios compartidos. Conscientes de las dificultades que suele tener la gente para entender planos y traducirlos a la escala real, elaboraron una serie de imágenes figurativas que mostraban los resultados de una hipotética renovación de los márgenes del Morii, liberados de construcciones y dedicados al ocio comunitario. Realizaron una serie de postales que circularon por los comercios del barrio y que tuvieron tanto éxito que terminaron motivando la celebración de un acto público para que los autores explicaran los detalles de la idea a los residentes. Se trataba de que el barrio restableciera el contacto con el agua del canal y que todo el mundo pudiera disfrutar de sus márgenes sin barreras físicas ni obstáculos visuales. Finalmente, el alcalde adoptó la propuesta y el ayuntamiento se hizo cargo de desarrollar la reforma urbana con una dotación de casi medio millón de euros.Descripción
La rescisión de los contratos de alquiler de los terrenos ribereños y el derribo de todas sus construcciones liberaron una superficie de seis mil metros cuadrados en los márgenes del canal e hicieron posible que las aguas del Morii quedaran, de nuevo, a la vista. Para incrementar las ganancias del contacto con el agua, se levantaron dos nuevas pasarelas que quieren ser más que un mero elemento de paso. Sus tableros, de forma trapezoidal y pavimentados con latas de madera, ofrecen una generosa amplitud que invita a quedarse para disfrutar de la perspectiva axial del canal. Aguas abajo, una incisión practicada en uno de los muros de contención del canal ha permitido insertar una escalinata que baja hasta el nivel del agua como si fuera un embarcadero.Los márgenes del canal son ahora dos paseos de ribera abiertos a todo el mundo y equipados con canchas de baloncesto, juegos infantiles y zonas de fitness. Se han plantado árboles caducifolios que dan sombra en verano. En la calle Duzilor vuelve a haber morales y, en el coronamiento de los muros de contención, hay plantas colgantes que acabarán cubriendo los paramentos de hormigón. Los márgenes se han pavimentado con placas de hormigón y se han equipado con bancos de madera y con farolas provistas de diodos LED de bajo consumo y alimentadas con paneles fotovoltaicos.
Valoración
No hay duda de que, en una sociedad resentida con las injerencias públicas, el gobierno municipal corrió un riesgo electoral cuando adoptó la propuesta de unos particulares que sacrificaba muchos espacios de uso privativo en favor del bien común. Ahora, sin embargo, ante la imagen de la juventud disfrutando de las únicas pistas deportivas de la ciudad, de las personas mayores ocupando los bancos en los días soleados o de los paseantes contemplando las aguas del reaparecido canal, se hace patente que la intervención ha incrementado el atractivo del lugar. Incluso algunos de los vecinos que han perdido garajes o trasteros se han manifestado satisfechos con un cambio que, lejos de suponer una renuncia, ha incrementado el valor de uso y de cambio de sus casas.David Bravo │ Traducción de Maria Llopis
[Última actualización: 16/09/2022]