Estado anterior
A pesar de su céntrica situación, adyacente al Eduskuntatalo [Parlamento finlandés] y a la Estación Central de Helsinki, Kamppi era hasta hace poco un distrito poco consolidado. Su nombre deriva del término sueco Kampen [batalla], pues en el siglo XIX, durante la ocupación rusa de Finlandia, era una zona militar con cuarteles y campos de entrenamiento. Después de la ocupación, la zona despoblada albergó, durante unos años, el mercado judío de Narinkka, que se clausuró en 1929. Con motivo de los Juegos Olímpicos de 1940, aquí se construyó el emblemático Tennispalatsi, que poco después se convertiría en el centro cultural y recreativo más importante de la ciudad. Y durante la década de 1980, con la construcción del metro de Helsinki, se abrió una de sus 17 estaciones, contigua a la de la Estación Central de Ferrocarril.A pesar de estas aportaciones, en el año 2002 el centro de Kamppi seguía siendo una gran explanada poco estructurada invadida de forma caótica por decenas de autobuses que prestaban servicios en la estación ubicada en uno de los antiguos cuarteles militares. Este edificio era demasiado pequeño para la intensidad de su flujo de pasajeros, mientras que la explanada era una enorme extensión rectangular de 450 metros de longitud por 120 metros de anchura donde se cruzaban peligrosamente autobuses y peatones.
Objeto de la intervención
En el año 1999, el Ayuntamiento de Helsinki decidió ordenar la zona y recuperarla para los peatones de forma exclusiva, optimizando los flujos generados por la estación de autobuses. Así se puso en marcha una de las obras más ambiciosas y complejas de la historia de Finlandia. Con una inversión de 150 millones de euros, se construyó un gran complejo nodal subterráneo que albergaba, en una superficie de 54.000 metros cuadrados, una nueva estación de autobuses y de metro. Al nivel de la calle, la explanada se ocupó parcialmente con nuevas edificaciones, con lo cual se generó una sucesión de espacios públicos de proporciones más controladas y liberados del tráfico de autobuses.Descripción
Un nuevo edificio de seis plantas de altura, que alberga un centro comercial y de ocio, divide la antigua explanada en dos plazas comunicadas por la calle Salomonkatu. La plaza del lado sudoeste queda enmarcada, por un lado, por el emblemático Tennispalatsi y, por otro lado, por una nueva tríada de edificios destinados a viviendas y oficinas. En el extremo opuesto de la antigua explanada está la plaza de Narinkka, recinto cuadrado de unos 80 metros de lado, bautizado así en memoria del antiguo mercado judío de Kamppi. Uno de los laterales de esta plaza lo domina el cuartel militar que había albergado la estación de autobuses y que ahora contiene un nuevo centro cultural. Tanto las dos nuevas plazas como la calle Salomonkatu y las tres calles transversales son espacios públicos exclusivamente peatonales; de hecho, constituyen la cubierta de una gran terminal de autobuses subterránea.Los autobuses acceden a la estación a través de rampas situadas en los extremos de estas calles, de modo que, como en un aeropuerto, en toda la zona de la intervención la circulación de los vehículos no coincide nunca con la de los peatones en el mismo nivel. Los peatones acceden al interior del complejo a través del edificio central. En el primer nivel subterráneo está la terminal de autobuses locales, que comunican el centro de Helsinki con su área metropolitana. Un nivel por debajo encontramos la terminal de autobuses de larga distancia, un aparcamiento público y una gran zona logística de mercancías. Todas las zonas de espera y circulación para pasajeros están cerradas en espacios climatizados que reciben luz natural a través de grandes claraboyas abiertas en el pavimento de las plazas. Además, en todos estos espacios, unas grandes vidrieras permiten un contacto visual directo con las plataformas de acceso a los autobuses. Todo el complejo está pensado para facilitar la circulación de personas discapacitadas o cargadas con equipaje. Además, los recorridos y las puertas de acceso a las plataformas están señalizados con relieves que se pueden leer con los dedos o con un bastón. Por último, a 30 metros de profundidad [15 por debajo del nivel del mar], está la estación de metro de Kamppi, que ha sido reformada para integrarla plenamente en el nuevo complejo.
Valoración
A la hora de calificar esta ingente obra como espacio público, no pueden pasar desapercibidas su condición de espacio cerrado y edificado ni la notable presencia de superficies comerciales y privadas. Sin embargo, por un lado, dado el rigor del clima finlandés, se puede entender fácilmente la necesidad de disponer de espacios públicos cubiertos y climatizados que complementan, en invierno, a las superficies al aire libre del complejo. Por otro lado, la proporción de superficies privadas, además de suponer una preciosa contribución económica a la financiación de la intervención, no diluye el protagonismo del transporte público en toda la operación. La convivencia de suelo público y privado, característica del hecho urbano y que normalmente se da en el plano de la yuxtaposición, aquí se da en el eje de la superposición. Esta inversión supone costosas consecuencias estructurales, pero libera grandes cantidades de espacio libre y enriquece de manera sustancial los flujos vitales que confluyen en sus diferentes niveles. Además, esta estrategia parte de la concepción de una estructura cívica que precede a la parcelación de la propiedad. Así, en sintonía con las primeras utopías urbanas de la modernidad, el complejo de Kamppi sintetiza un fragmento de ciudad vertical donde lo público y lo privado siguen la pauta de una gran sinfonía estructural.David Bravo Bordas, arquitecto
[Última actualización: 02/05/2018]