Estado anterior
El territorio del parque perteneció durante siglos a una de las haciendas más antiguas y prósperas de Viladecans, centrada en la Torre Roja. Esta constituyó durante siglos una señoría jurisdiccional, la Quadra Burguesa, que tenía territorio propio y era independiente de Viladecans y de Sant Climent de Llobregat. Sus habitantes pagaban unos cánones a los señores por el usufructo de las tierras, y un alcalde se encargaba de administrar los bienes y las rentas en nombre del señor. Desde mediados del siglo XIX, los habitantes de la Quadra Burguesa fueron incorporados de manera definitiva a Viladecans. Durante las últimas décadas, el abandono progresivo del secano y las necesidades derivadas del crecimiento urbano e industrial provocaron importantes transformaciones en un paisaje que hasta entonces era armónico y que hoy se encuentra alterado por la presencia de usos marginales, o por la instalación, no siempre adecuada, de granjas, industrias y edificaciones periurbanas.Objeto de la intervención
El sector ocupado por el parque formaba parte del Plan Parcial de la Torre Roja, que preveía elevados niveles de edificación. El Ayuntamiento de Viladecans y la antigua Corporación Metropolitana mantuvieron conversaciones con los propietarios del suelo que culminaron en 1982. El Plan se modificó: se concentró la superficie libre en un parque y se redujo la edificación prevista. Posteriormente, en 1983, el Ayuntamiento cedió el uso del solar a la Corporación Metropolitana para la construcción de un parque.Descripción
En relación a Viladecans, el parque está situado al este del núcleo urbano, por encima de la carretera de Barcelona (Avinguda de la Generalitat), y forma parte del barrio de la Torre Roja. Los huertos, bajo la riera de Sant Climent, y el camino de las Oliveretes, al lado del torrente de Can Picó, rodean el parque de Poniente a Levante. Al Mediodía limita con la zona de equipamientos de la Torre Roja y la calle Pompeu Fabra y hacia Tramontana, con el campo municipal de béisbol y la montaña.La Avenida de la Torre Roja es el paseo central, el elemento articulador de los diferentes ambientes situados a ambos lados (campo de fútbol, zonas ajardinadas y pinar) y el paso hacia la zona de equipamientos. El edificio de la Torre Roja flanquea la entrada del parque. La edificación más relevante del conjunto que forma la Torre Roja es la esbelta torre central, de origen medieval. La puerta principal permite acceder al palacio moderno, de finales del siglo XIX y principios del XX, construido a su alrededor, y al patio central con porches. Al lado de la Torre Roja, una escultura de bronce, «el guante de béisbol», obra de Alberto de Udaeta, constituye un homenaje a todos los que practican este deporte.
La plaza del platanar, situada detrás de la Torre, es el lugar más recoleto del parque. Tras la pérgola, un paseo de plátanos establece el límite con la zona de huertos de la parte baja. Más allá del campo de fútbol, un conjunto de terrazas, sombreadas por árboles jóvenes con pequeños estanques para refrescar el ambiente, salva la suave pendiente del terreno. Dos masas de pinos blancos de gran altura forman el pinar. Equipada actualmente como zona de picnic, es el área del parque más frecuentada.
Valoración
El parque goza de una situación privilegiada en un lugar de tierras fértiles dedicadas tradicionalmente a la agricultura. Responde a la demanda de nuevos espacios verdes, ganados para uso público mediante la reducción de la edificabilidad sobre la base de la adquisición de los terrenos y que al mismo tiempo funciona como un acceso adecuado a los equipamientos deportivos situados en el extremo superior del parque. En la actualidad, la Torre Roja sirve a una población que ha aumentado de modo considerable y que ha urbanizado progresivamente el principal frente del parque.Albert García Espuche, arquitecto
[Última actualización: 02/05/2018]
