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La imponente basílica de Saint-Sernin, catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es una obra maestra y una de las iglesias románicas más grandes y mejor conservadas de Europa. Una buena forma de apreciar plenamente una iglesia medieval es pasearse por su exterior. No obstante, el entorno de este monumento no era un lugar acogedor ni para sus visitantes ni para los vecinos del denso centro histórico de Toulouse, pues un aparcamiento de 175 plazas ocupaba la mayor parte del espacio, con sus vehículos, señales de tráfico, ruidos y olores. El jardín a los pies del campanario no era accesible y solo un 10 % de los espacios de la plaza eran verdes.
Además de la basílica, otras instituciones cívicas rodean el recinto —el Musée Saint-Raymond, el Hôtel du Barry, el Lycée Général Saint-Sernin, la Bourse du Travail y la sede de la Confédération General du Travail (CGT)—, unos grandes activos que hacían aún más urgente intervenir en el ámbito público para volver a conectar estos edificios y crear un lugar agradable para visitar, trabajar y vivir.
Objeto de la intervención
El objetivo de la intervención era mejorar el entorno de este conjunto histórico y estimular nuevos usos, lo que se traduce en la creación de un espacio tranquilo en el centro urbano, sin ruidos, contaminación y congestión, y donde se ha mejorado la seguridad a la vez que la ciudadanía ha ganado un espacio de ocio y descanso.
La reurbanización del espacio ofrece también la oportunidad de generar nuevos jardines públicos en un barrio con pocas zonas verdes. El refuerzo de las estructuras paisajísticas existentes incluye los jardines del Lycée Général Saint-Sernin y el jardín decimonónico del ábside de la basílica, que se amplió y abrió al público.
Descripción
El proyecto recupera el espacio peatonal y refuerza la imagen unitaria de la plaza. Un pavimento de piedra natural da coherencia al conjunto, pero su disposición y su acabado difieren para contar la historia del lugar y para adaptarse a los diferentes ambientes. Una fuente circular de piedra aporta frescor y sirve de punto de encuentro en la ciudad.
El proyecto ha transformado completamente el espacio público de 18.000 m2 que rodeaba la basílica, pero a su vez, ha mantenido los distintos caracteres y ambientes que tenía en el pasado. Un “jardín” elevado ocupa el lugar del desaparecido Palais Abbatial, y los nuevos árboles plantados sirven para recrear la tercera fachada desaparecida del sótano de la basílica. La superficie de grava invita a juegos informales de petanca a la sombra de los árboles y se ha ampliado, rediseñado y abierto al público el jardín decimonónico que envuelve el ábside para convertirlo en un tranquilo jardín público para uso de los vecinos.
Valoración
La nueva Place Saint-Sernin de Toulouse recupera el protagonismo en este espacio público singular y de gran valor patrimonial dentro del tejido histórico de la ciudad. La eliminación del tráfico rodado y la recuperación de árboles y jardines que organizan el nuevo espacio público es un ejemplo importante del proceso de creación de espacios urbanos menos contaminados, que contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la calidad de vida en las ciudades. Con el tiempo, la frondosidad de los árboles plantados sin duda mejorará aún más la calidad de este nuevo espacio. La combinación de la simplicidad de la propuesta, del uso de los materiales propios del entorno y el reconocimiento del patrimonio excepcional del lugar hacen de esta obra un proyecto singular, que ha logrado reactivar un espacio que estaba comprometido por el coche y recuperar su uso para la ciudadanía.
[Última actualización: 18/11/2022]