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Los albergues para personas sin hogar acostumbran a formar una infraestructura pública invisible en el entorno urbano. Este es el caso del refugio nocturno para personas sin hogar del barrio de Pantelimon, en Bucarest, que fue construido hace más de quince años como un espacio de refugio temporal. Ubicado en la periferia de la ciudad, en una calle vallada cerca de un mercado temporal, el terreno presenta problemas para construir en él al contener material de demoliciones sucedidas en la ciudad en la década de 1980. El espacio alrededor tiene poca infraestructura peatonal y la empresa privada propietaria del terreno al otro lado de la calle construyó una cerca alta y opaca que contribuye a la marginalización del área.
A pesar de no estar acondicionado para viviendas de larga duración, algunos de sus residentes lo utilizaban como tal desde su apertura.
Objeto de la intervención
El proyecto fue iniciado por la asociación Atelier Ad Hoc Arhitectura después de haber logrado una subvención del colegio de arquitectos del país en 2017, en un esfuerzo por mejorar las condiciones de vida en relación con la infraestructura social de la ciudad a partir de la investigación y la práctica sobre la informalidad y la vivienda en el espacio público.
En el proceso se llevaron a cabo conversaciones con la administración local responsable del refugio nocturno y con las personas que lo habitaban. Después de observar y hablar con los residentes, se constató que, ante la falta de un hogar, entre ellos se desarrollaba una red de apoyo para construir un perímetro de seguridad y proporcionar espacios para sus necesidades básicas. Las redes construidas les ayudaban a crear un sentido de pertenencia, a sentir que forman parte de la sociedad.
El objetivo de la intervención era redefinir el umbral del albergue, empleando para ello los recursos espaciales y humanos disponibles existentes para mejorar las condiciones de vida y la red local de las personas sin hogar que viven allí. El proyecto piloto contó con un presupuesto de 10.000 euros y se pretendía que fuera aplicable a varias tipologías de albergues de la ciudad.
Descripción
En respuesta a la excesiva presencia de vallas y a la falta de espacios públicos inclusivos en Bucarest, se propuso una nueva forma de umbral formado por 48 unidades de almacenamiento, un punto de recolección de recursos del vecindario, un espacio cubierto y una jardinera. El equipamiento amplía y completa el restrictivo horario nocturno del refugio y permite a los usuarios acceder a los efectos personales durante todo el día (algo que no sucede dentro del refugio) al transformar el límite de la propiedad existente de un objeto de separación a un espacio que se define continuamente a través de su uso cotidiano.
Al sustituir el antiguo vallado, el límite de la propiedad se utiliza como espacio de mediación y de negociación, lo que cuestiona la calle y su papel como espacio público y el albergue como infraestructura pública. La intervención incide tanto en las rutinas internas del albergue como en las actividades que realizan moradores y vecinos en los espacios públicos exteriores.
Valoración
El proyecto transforma una situación marginal, tanto desde un punto espacial como social, en un lugar de usos múltiples, al tiempo que mejora las condiciones de vida del refugio nocturno al redefinir el límite y sustituir la valla. La intervención crea una infraestructura de espacio público diseñada para una comunidad marginal abierta al vecindario a través de la interacción cotidiana.
Si bien el proyecto no resuelve la situación de los habitantes, a través de la construcción, la gestión y la utilización, se gestionan mejor las necesidades individuales y la responsabilidad colectiva de las personas sin hogar. La intervención cambia la imagen y la percepción del albergue nocturno dentro del barrio y contribuye a una mejora de la percepción de sus habitantes al mediar posibilidades de compartir e interactuar.
[Última actualización: 17/05/2023]