Estado anterior
Himara es una tranquila población de la costa sur de Albania que forma parte del condado de Vlora. Predominantemente poblada por una etnia griega con raíces desde la antigüedad, su atractivo es la belleza de la línea de costa que se extiende en forma de bahía abierta al mar Jónico con playas de arena blanca y rodeada por colinas en forma de terrazas con olivos y limoneros. El suyo es un paisaje típicamente mediterráneo con un potencial turístico muy evidente que fue reconocido por el gobierno de Albania en su propósito de recuperar mediante un programa de inversiones la costa jónica de su país.
En Himara el frente marítimo consistía en una carretera principal que cortaba totalmente la conexión de la ciudad con el mar. Un muro de contención que se elevaba dos metros por encima del nivel de la playa protegía la vía de las posibles inundaciones, pero impedía la visión del paisaje marítimo y dificultaba claramente su accesibilidad.
Objeto de la intervención
La recuperación del frente marítimo de Himara forma parte del conjunto de actuaciones programadas por el estado albanés con el propósito de desarrollar la costa del país como un destino turístico atractivo dentro de un modelo de economía sostenible. Por esta razón, se convocó un concurso internacional por parte del Fondo de Desarrollo de Albania (ADF) y su agencia de desarrollo urbano y territorial, Atelier Albania, que se encarga de hacer posibles proyectos de colaboración entre arquitectos internacionales y despachos locales. El concurso, ganado por el Bureau Bas Smets y SON-group, ofreció la oportunidad de repensar de forma drástica la relación establecida entre la ciudad y el mar para regresar a la situación anterior al impacto originado por la circulación rodada.
Antes de dar comienzo al proceso de diseño, se organizó una visita al lugar, que permitió el contacto directo con el gobierno municipal y conocer las sugerencias y las ideas de los residentes. Compartir las diferentes visiones de los habitantes de Himara fue esencial para los autores del proyecto, no solo para entender el contexto y las necesidades de los que viven ahí, sino, más especialmente, cómo poder combinar esas necesidades con las demandas de la actividad turística.
Descripción
El reto principal del proyecto fue resolver los dos aspectos que provocaban la interrupción entre la ciudad y el mar. El primero, el derribo del muro de contención que con su elevación respecto al nivel del mar defendía la carretera de posibles inundaciones. La vía ha sido desviada de su proximidad a la costa y, con la ayuda de la ingeniería marítima, ha sido sustituida por una secuencia de plataformas en disposición de terrazas y con inclinación suave que responden de manera más adecuada al impacto de las olas. Su forma retoma, así, el movimiento del embate del agua que se materializa en una bonita curva. A partir del uso de la arena del lugar y de gravas de canteras locales, las plataformas se han construido con hormigón lavado o de árido visto para que haga el efecto de que la playa se ha solidificado y que continúa hasta las fachadas de los edificios de la primera línea de mar. A lo largo de este nuevo paseo marítimo se han ido plantando una importante cantidad de pinos que proporcionan sombra y hacen de pantalla natural en las diferentes actividades que utilizan el espacio costero. Desde la playa el conjunto de pinos se perciben como si fuera un horizonte verde continuo y sirven para quitar el protagonismo a la arquitectura heterogénea de la primera línea de mar. Un nuevo embarcadero permite el amarre de las embarcaciones y ofrece nuevas vistas de la población desde el agua.
El segundo aspecto que el proyecto abordó fue la invasión del frente marítimo por parte de los automóviles. Se han eliminado los parkings existentes y se ha dejado una vía estrecha de servicio que da acceso a los restaurantes y los hoteles. Asimismo, la circulación ha quedado restringida a las operaciones de carga y descarga y de emergencia.
Valoración
Cars have now been removed from the three hundred metres of the new waterfront in order to re-establish a direct connection between the town and the sea. The beach and the waterfront come together in a single public space, shaped with concrete made from local materials with the addition of native trees which now endow the space of the project with a strong identity. All of these elements represent low construction and maintenance costs.
The project is visible from the sea and, on the completely accessible beach, the behaviour of tourists and local residents has radically changed, taking the form of intensive use of the coast thanks to activities programmed on the platforms and the appearance of new hotels and restaurants. There can be no doubt that a welcoming seafront has been created and that this has transformed Himara into a true seaside town.
Teresa Navas
[Última actualización: 10/12/2020]