Estado anterior
Con 162.000 pasajeros diarios y 15 conexiones ferroviarias internacionales, la Estación Central de Ámsterdam es la segunda más grande de los Países Bajos. Está situada entre el casco histórico y la orilla sur del río IJ, donde hay un embarcadero para los ferrys que cruzan hacia Ámsterdam-Norte. Abierta en 1889, es el edificio patrimonial más visitado del país. La parte vestibular, encarada con la ciudad, tiene un estilo neorrenacentista y es obra del arquitecto Pierre Cuypers, autor también del Rijksmuseum. La cubierta que cobija los andenes, situada a lo largo de la orilla, consta de una estructura de hierro fundido de cuarenta metros de luz. Durante décadas, la disposición paralela al río y la construcción de una autopista ribereña complicaron la conexión entre el casco histórico y el embarcadero. Los ciclistas y los peatones se veían obligados a dar la vuelta a la estación y enfrentarse a un tráfico intenso o bien a atravesar sus bulliciosos vestíbulos, llenos de quioscos, cafeterías y restaurantes.Objeto de la intervención
Desde 1997, la estación está sometida a importantes obras de renovación para dotar de andenes las vías que aún no los tienen y para dar cabida a una nueva línea de metro que atravesará la ciudad de norte a sur. El proyecto quiere transformar la estación en un gran nodo multimodal de transporte que integrará el edificio histórico con una nueva estación de autobuses urbanos e interurbanos, la terminal de ferrys, tres líneas de metro, pasarelas de conexión para los viajeros y un túnel existente para el tráfico rodado. En 2008, aprovechando el alcance de la operación, el Ayuntamiento de Ámsterdam encargó la creación de una conexión directa y segura que salvara la barrera de la estación con el fin de facilitar los viajes a pie o en bicicleta, que constituyen una parte muy importante de la movilidad en la capital neerlandesa. Se trataba de añadir a la compleja reforma de la estación un túnel subterráneo para el tráfico lento, dotado con un presupuesto de casi doce millones de euros, abierto las veinticuatro horas y con un caudal previsto de 15.000 ciclistas diarios.Descripción
Bautizado como «pasaje Cuypers» en homenaje al autor de la antigua estación, el nuevo túnel subterráneo tiene un recorrido rectilíneo de 110 metros de longitud, diez metros de ancho y tres metros de altura. La sección del túnel se divide en dos mitades prácticamente equivalentes. Una de ellas está ocupada por una acera elevada dedicada a los peatones. En esta parte, el suelo, el muro lateral y el techo tienen encuentros redondeados, de modo que forman una superficie continua que se ha alicatado con piezas vidriadas tradicionales procedentes de Delft. Las baldosas constituyen un mosaico artístico concebido por la diseñadora gráfica Irma Boom y representan escenas de la historia naval neerlandesa. A medida que el túnel se acerca al río, las líneas del dibujo, de trazo clásico, se disuelven en píxeles que forman un degradado abstracto desde el azul claro hasta el azul marino. De este modo, el mural expresa el tránsito del pasado al futuro, desde la ciudad antigua hacia los nuevos crecimientos de Ámsterdam-Norte. Fueron necesarios cinco años para que la empresa proveedora fabricara manualmente las ochenta mil piezas cerámicas del pasaje.La otra mitad del túnel está ocupada por una calzada de doble sentido dedicada a los ciclistas. Está pavimentada con asfalto negro, rugoso y sonorreductor. Tanto el muro lateral como el techo están acabados con paneles de malla metálica que impiden fijar carteles y dificultan los grafitos. En el falso techo hay luces empotradas redondas que confieren ritmo al trayecto de los ciclistas. El arcén que separa la calzada para los ciclistas de la acera peatonal dispone de una banda continua de luces LED que proyecta iluminación rasante sobre el asfalto.
Valoración
Intensamente usado a todas horas del día y la noche, el pasaje Cuypers constituye una mejora sustancial de las infraestructuras urbanas en una ciudad tan prolífica en bicicletas. La obra fomenta la movilidad equitativa y sostenible porque reduce el esfuerzo que realizan los peatones y los ciclistas, simplificando su recorrido entre dos partes primordiales de la ciudad. A diferencia de tantos otros túneles hechos con menos cuidado, el interior del pasaje demuestra que la claridad funcional no se contradice con la delicadeza y el simbolismo. Gracias a la atención que se ha dedicado a la iluminación, la acústica y la decoración, el pasaje es limpio, seguro y acogedor. Al fin y al cabo, es un lugar de paso con la sensualidad de una estancia urbana. Esto es especialmente positivo desde una perspectiva de género. Demasiado a menudo, las mujeres están en desigualdad de condiciones ante la inseguridad que suelen generar este tipo de pasajes. Lejos de tirar el dinero, invertir recursos públicos para hacerlos más amables equivale a democratizar el espacio público.PUBLIC SPACE / Pasaje Cuypers (Amsterdam). Mención especial. Premio Europeo del Espacio Público Urbano 2018 (VO En Subt Ca) from CCCB on Vimeo.
[Última actualización: 03/09/2019]