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El proyecto turístico y de ocio «Be-Mine» nació con el objetivo de otorgar una nueva vida al inmenso yacimiento minero del municipio de Beringen, en la provincia belga de Limburg, que hoy es el mayor espacio de arqueología industrial de todo Flandes. La antigua ciudad minera se planteó el reto de hallar una nueva función para la montaña de escombros de 60 metros de altura generada como resultado de la actividad productiva, así como la conversión de los viejos edificios industriales en un centro cultural donde la historia del sitio se convirtiera en una experiencia lúdica. En el pasado, Beringen había sido una próspera ciudad dedicada a la minería con una comunidad formada por trabajadores de doble procedencia, de origen turco y belga. Con el cierre de las minas, la vitalidad que había caracterizado a esa comunidad mixta desapareció al mismo tiempo que lo hacía su producción. Revitalizar el sitio industrial suponía, asimismo, abordar la revitalización de la comunidad local y, por lo tanto, la memoria de su historia compartida.Objeto de la intervención
El equipo formado por Carve y OMGEVING por la parte del diseño y Krinkels como contratista ganaron el concurso internacional para proyectar un paisaje lúdico en el terril de Beringen, es decir, en el cerro artificial construido por la acumulación de residuos mineros. La montaña, así como el patrimonio industrial a su alrededor, tiene una magnitud espectacular y se erige como única meta elevada en un territorio prácticamente plano. Teniendo en cuenta este factor, el proyecto trabajó con la idea de la creación de un landmark o punto de referencia a gran escala, pero, al mismo tiempo, su potencial como lugar adecuado para el juego aconsejaba un tratamiento cercano a la escala pequeña propia de los niños. Los valores del legado industrial han sido los elementos conductores de todo el proceso de diseño dirigido a la consecución de un paisaje sin precedentes. Había que otorgar al terril minero un nuevo significado que hundiera sus raíces en el pasado y se proyectara hacia el futuro.
Para crear esta conexión de la montaña como espacio lúdico y su pasado, el proyecto se constituye en tres partes: un bosque de postes de madera que conforman un conjunto paisajístico, una superficie prismática en el flanco de la montaña y una plaza de carbón en la parte superior del terril.
Descripción
La columna vertebral del conjunto es una larga escalera que permite acceder a todos los niveles. En primer lugar, sobresale el bosque de postes que hace referencia al pasado minero, como soportes de los kilómetros de corredores subterráneos. Se han plantado 1.600 postes de madera que cubren toda la altura de la vertiente norte de la colina formando una parrilla con un efecto perspectivo interesante. Es un fuerte gesto de la intervención que pretende vincular el volumen de residuos con su historia industrial. Entre los postes hay un circuito de aventura. En segundo lugar, la superficie de juegos prismática, consistente en una pendiente de hormigón de más de 20 metros de longitud formada por secciones horizontales y verticales. Inspirado en los pozos mineros de bajo tierra, es el elemento más visible de la intervención y ofrece una diversidad de opciones lúdicas al estar surcado por túneles para arrastrarse, zonas de escalada con sujeciones y escaleras gigantes. La geometría de las superficies prismáticas invita a los niños a escalar, deslizarse, esconderse y descubrir. La sensación buscada es que, a medida que se alcanza la cima de la montaña, la dificultad se incrementa, lo cual estimula la colaboración entre los usuarios del espacio. Por último, la plaza del carbón, en la parte más alta de la colina, ha sido creada para poner en relación el pasado y el presente del terril. La plaza, de figura circular, visualiza la presencia del «oro negro» y está hundida para protegerse de los fuertes vientos. Si los visitantes se sitúan en medio de la plaza, el horizonte desaparece para centrar toda la atención en las nubes del cielo. Su perímetro se diseñó inclinado como zona de descanso y también contiene información histórica del antiguo territorio minero. Se puede pasear por la parte superior del talud para disfrutar de vistas panorámicas de los entornos de Limburg.Valoración
La montaña de aventuras «Be-Mine» ha recibido críticas elogiosas tanto por lo que respecta a su diseño como por su realización. Su valoración es que, en estos momentos, cumple las expectativas planteadas inicialmente: un elemento de atracción de visitantes externos a la zona gracias a su función icónica de referencia, a la vez que una experiencia lúdica que conecta con la memoria del lugar. De hecho, los espacios de juego creados son una oportunidad para que aspectos positivos como la superación de las dificultades, la cooperación y el ánimo mutuo que puede estimular interactúen con la referencia inmaterial del trabajo físico de los antiguos mineros que se veían empujados a confiar entre ellos de forma incondicional.
El diseño ha ganado el premio MIPIM 2017 en la categoría del mejor proyecto de regeneración que galardona especialmente las intervenciones que contribuyen a la revitalización económica y física de una población. Igualmente, Beringen fue escogido como una de las diecisiete obras más remarcables para ser publicadas en el libro “Landscape Architecture and Urban Design in the Netherlands” (2017).
Teresa Navas[Última actualización: 24/11/2020]