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En mayo de 2016, High St. Works, una sociedad mixta formada por Jan Katte Architects y Meanwhile Space CIC, ganó el concurso del Ayuntamiento de Haringey para diseñar un lugar situado en el centro principal del barrio londinense de Wood Green y convertirlo en un espacio de trabajo asequible, un lugar de eventos y un café. La zona había sido identificada por el municipio como un punto apropiado para actividades temporales con la intención de revitalizar el corredor de circulación que conecta la calle mayor de Wood Green con el palacio Alexandra y el Barrio Cultural antes de su renovación. Aunque se encontraba cerca de la estación del metro de Wood Green, el sitio estaba bloqueado en relación con el área de paso peatonal. Formado por un antiguo aparcamiento de coches de trabajadores municipales y la Tulip House, un edificio del ayuntamiento abandonado hacía muchos años, el lugar había terminado rodeado por una valla sin acceso al público y vigilado por una empresa privada de seguridad.Objeto de la intervención
Desde su génesis el proyecto contó con una implicación amplia de la comunidad. Conocer las necesidades y aspiraciones de los negocios locales fue preferente para generar una oferta vinculada con su contexto urbano y dotarla, a la vez, de identidad. La puesta en marcha del diseño partió de dos consultas con los habitantes para identificar las limitaciones, pero también las prioridades y las oportunidades que se plasmaron en los dibujos antes de abordar su planeamiento. Durante el diálogo con la comunidad emergió el deseo de realizar un espacio que fuera de trabajo a la vez que cívico, es decir, un espacio público lleno de eventos y actividades. Conferir permeabilidad física y visual al lugar debía garantizar que la población local se apropiara del futuro espacio público y siguiera haciéndolo durante el desarrollo del proyecto y con interacción con las actividades programadas. Una de las claves del proyecto fue optar por una autoconstrucción inclusiva que involucrara a vecinos, residentes, futuros inquilinos y estudiantes. El partenariado con la asignatura de carpintería del colegio CONEL —The College of Haringey, Enfield and North East London— permitió que algunos aprendices de carpintero realizaran las prácticas en el lugar. Se formaron grupos de carpinteros experimentados con voluntarios que durante los fines de semana llegaron a reunir a más de cien personas que participaban en el proceso de construcción. Incluso, algunos de los futuros ocupantes ayudaron a construir sus propios espacios de trabajo.Descripción
El Ayuntamiento de Haringey y la GLA contribuyeron con 166.000 libras esterlinas y High Street Works aportó 60.000 para completar los trabajos. En concreto, el proyecto tiene 588 m2 y comprende trece estudios de varios tamaños para negocios creativos, un espacio comunitario de encuentro que incluye una pequeña cocina, nueve casetas de madera utilizadas como espacios para el pequeño comercio, un café en un autobús de dos pisos, un espacio público en medio del patio rodeado por las casetas de madera, una nueva oficina de taxi y una zona para mercados temporales. A pesar de los desniveles del suelo, el diseño tuvo en cuenta la accesibilidad completa del lugar y una de las casetas está habilitada para el paso de sillas de ruedas. Una iluminación de guirnalda aporta una distribución uniforme de la luz durante las actividades vespertinas. Se utilizaron materiales de construcción simples y sostenibles con poca huella ecológica como la madera certificada por la FSC (Forest Stewardship Council). El diseño modular de las casetas permitió que su construcción estuviera al alcance de los voluntarios y de los aprendices. El café se ha montado en un bus recuperado y todo ha sido pensado para que después de cinco años todos los elementos puedan ser desmontados y reutilizados para su colocación en otro lugar.Valoración
Lo que realmente hace único a Blue House Yard es el enfoque integral adoptado, que combina creación de espacio público a la vez que oportunidades para el pequeño comercio y lugar de ocio y actividades. El carácter ecológico de los usos y la diversidad de los ocupantes, que en un 80 % son de origen local, han comenzado ya a crear interrelaciones de comerciantes, visitantes y residentes. Un sentido de comunidad ha propiciado una asociación de inquilinos que ha recibido financiación para impulsar un jardín urbano y actividades de familia, tales como mercados veganos, conciertos de música y noches de cine. De todos modos, los retos para lograr una mayor implicación a la vez que luchar contra las actitudes antisociales son aún muy presentes. En cualquier caso, viene a demostrar el compromiso de Haringey para coordinar una estrategia cultural y económica que es anterior en el tiempo al ambicioso plan general del distrito, el cual se propone transformar Wood Green durante los próximos años mediante nuevos espacios públicos y el desarrollo de la residencia y espacios de trabajo a la vez que quiere ofrecer mejores oportunidades a las comunidades existentes.
Teresa Navas
[Última actualización: 04/07/2022]