El escritor y director de cine reflexiona sobre cómo el acto de caminar, y la memoria compartida de todos los habitantes, dos de las cualidades públicas básicas de la vida a las ciudades, se encuentran en peligro a causa de los actuales esquemas de desarrollo urbano.
El escritor y director de cine Iain Sinclair mantuvo una entrevista con «Espacios Compartidos» el 14 de mayo de 2015, aprovechando su visita al Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) para ofrecer la conferencia «La ciudad desaparecida». Durante la entrevista, Sinclair alertó del peligro que corre la condición pública de los espacios urbanos. Según el autor, «el espacio público real es el de la memoria compartida de todos los habitantes de la ciudad y, actualmente, esta memoria es desafiada y modificada por gente que promueve otras narrativas». Además, añade, este nuevo relato «puede parecer excitante pero, muy a menudo, también es nocivo y peligroso». Llega con la privatización de espacios urbanos a través de esquemas de regeneración que, en la mayoría de los casos, son implementados sin ninguna consulta previa con los vecinos, cuyas «vidas y historias son desafiadas y puestas en dificultad». Expresiones palpables de esta privatización son las crecientes dificultades que los peatones experimentan a la hora de moverse libremente por las calles de la ciudad. Según él, «el coche es una forma anticuada; pertenece al siglo XX».
Definiéndose a sí mismo como «caminante», Sinclair lamenta que el andar «es el más amenazado de los actos que tienen lugar en los espacios públicos urbanos», no solo por la prioridad que se da a los coches, sino también a causa de la construcción de barreras físicas que impiden el libre acceso público y que indican que un espacio se cierre, como es el caso de los Docklands de Londres. En contraposición a éstos, su espacio público favorito es el antiguo cementerio de Bunhill Fields, una isla de tranquilidad verde en el centro de Londres que ofrece un lugar para recordar el pasado y la historia de la ciudad.