Espacios Compartidos entrevista a Mònica Bernabé, la única periodista española establecida de manera permanente en la república islámica.
Bernabé nos contó que, en la mayor parte de Afganistán, «los espacios públicos son, en todos los sentidos, espacios de hombres y solo para hombres». La vida pública de las mujeres es muy limitada y, allí donde pueden disponer de lugares de encuentro, a menudo se trata de espacios cerrados y exclusivos. Cierto es que las cosas han cambiado desde la caída del régimen talibán, cuando la sharia imponía que todas las mujeres vistieran burka y prohibía llevar calzado blanco ─el color de la bandera talibana─, cosa que equivaldría a pisar el símbolo de la patria. Hoy, en Kabul y en ciudades norteñas como Mazār-e Šarīf o Herāt, son mayoría las mujeres que prescinden del burka y se ha extendido la costumbre de llevar zapatos blancos como signo de liberación.
Aun así, los largos años de guerra han dejado huella en las calles de estas ciudades, impregnadas de una cultura de la violencia que contribuye a perpetuar la hegemonía masculina en la vida pública. Los disturbios con los que suelen terminar muchas manifestaciones o la organización de peleas de perros o de gallos al aire libre, son ejemplos de actividades cotidianas que ahuyentan a las mujeres de muchos espacios públicos y que las relegan a usar la calle como mero lugar de paso. Incluso la celebración es motivo para que las mujeres se replieguen en casa, tal como sucede durante las fiestas de Año Nuevo. Pero el sur del país, pobre y rural, es de largo la región donde la situación de la mujer resulta más injusta y ultrajante. Bernabé describe Kandahar, donde la mayoría de afganas todavía viste burka, como una «ciudad asfixiante» en cuyas calles es muy difícil ver mujeres. Ante esta inaceptable exclusión, la periodista catalana evoca acontecimientos tan callejeros como un pasacalles, una cabalgata de los Reyes Magos o una rúa de Carnaval. Luego expresa el profundo deseo de que algún día la alegría reconquiste los espacios públicos afganos.