multimedia-frontend Portlet

19 abril 2013

«Las ciudades son centros de cálculo donde la información se transforma en conocimiento»

Espacios compartidos con

[Inglés| Duración: 00:03:40]

Entrevista a Peter Burke, experto en historia social del conocimiento

Al abordar el hecho urbano, Peter Burke cita al filósofo, sociólogo y antropólogo francés Bruno Latour para definir las ciudades como «centros de cálculo donde la información se transforma en conocimiento». Lo describe como un proceso culinario en el que la información es sometida a operaciones de crítica, verificación, sistematización y clasificación para dar lugar a conocimiento. En el espacio urbano, como si de la cocina del conocimiento se tratara, este proceso se ha dado siempre con especial facilidad. La aglomeración física de gente en un mismo sitio ha favorecido la concentración de grandes instituciones culturales, como museos o bibliotecas, situadas en posiciones cercanas, de modo que se pudiera ir andando de unas a otras. Además, en los alrededores de estos centros florecían nodos de intercambio más pequeños como los cafés, donde «gente que sabía cosas se encontraba y las discutía».

Esto ha sido así, como mínimo, hasta hace dos décadas. A partir de un cierto momento, explica Burke, las ciudades han comenzado a perder este rol. Por un lado, con la aparición de Internet, se han ido diluyendo culturas como la de las tertulias en los cafés. También la situación física de las bibliotecas ha perdido importancia estratégica, aunque no por completo, ya que aun hay muchas cosas que no se han subido a la red. Por otro lado, la dispersión urbana ha extendido por todas partes grandes áreas metropolitanas y, para el historiador británico, a partir de cierto tamaño se rompe el marco de sociabilidad intelectual que venía ofreciendo el espacio público urbano.

Burke, que años atrás fue historiador de Italia, expresa su admiración por plazas como la de San Marco, en Venecia, o la de la Signoria, en Florencia. Dice que quizá todavía sea posible sentarse en estos espacios públicos arquetípicos para tomar un café, aunque será un café bastante caro y, probablemente, aguado por la presencia masiva de turistas que desbordan la población local. Quizá porque este tipo de aglomeraciones depredan el conocimiento más que producir-lo, Burke prefiere ciertas placitas de Génova o Bolonia. Dice necesitar más tiempo para poder citar alguna; tal vez es que más vale no darlas a conocer.

 

También te puede interesar