Cuando la labor solitaria de un escritor termina y su libro se publica y difunde, este es, para el filósofo, un momento de realización del espacio público.
Georges Didi-Huberman reflexiona acerca del espacio público desde su experiencia como escritor. Su espacio de trabajo es la mesa, donde un libro se irá gestando lentamente, fruto del trabajo solitario. Este trabajo es, a la vez, solidario, dado que está consagrado a todo el mundo y su destino final es convertirse en un objeto público. El momento en el que el resultado de esta labor realizada en soledad se publica, se difunde y se hace accesible a cualquiera es, para Didi-Huberman, el momento de realización del espacio público.
Hablando de espacios públicos con un significado especial, el filósofo destaca las librerías por ser, junto con las bibliotecas, verdaderos espacios sociales de los libros. En particular, resalta la librería La Central, situada en el barrio barcelonés del Raval, ya que reúne libros en diferentes idiomas. Es el multilingüismo lo que convierte esta librería en un sitio ejemplar de mentalidad abierta. El espacio público, argumenta Didi-Huberman, no es únicamente un lugar donde la gente se encuentra para reconocerse en su identidad. Es el sitio en el que, a partir de ese encuentro, se dirigirá y se abrirá a los demás.