El parque Brigittines se encuentra entre la Jonction Norte-Midi y el edificio de viviendas Brigittines, dos infraestructuras que representan algunas de las políticas urbanas de Bruselas de la pre y la posguerra. El área, cerca de una capilla del siglo XVII convertida en centro cultural del barrio, carecía de un espacio público de calidad. Sus caminos fragmentados y un gran aparcamiento cubierto con una losa creaban una fuerte sensación de inseguridad. El diseño del parque se centra en el juego, la artesanía y el espacio compartido. El proyecto organiza el espacio en cuatro elementos principales: la losa, la explanada, el muro y el taller. La losa conecta espacios privados y públicos, mientras que la explanada ofrece zonas de juego e interacción. El muro, que conecta el edificio de viviendas y el centro cultural con la antigua capilla, se convierte en un lugar para estructuras de juego. El taller se extiende en el espacio comunitario, con un huerto en la azotea. Gracias a materiales sostenibles y superficies permeables, el parque también gestiona el agua de lluvia. Una obra del artista Vincent Glowinski decora la losa, y un árbol central simboliza la reconexión con la naturaleza.