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La ciudad de Bruselas, capital europea de casi 200.000 habitantes, se ubica muy cerca del río Senne y de los canales Bruselas-Charleroi y Bruselas-Escalda, que constituyen un cruce de importantes líneas marítimas de intercambio internacional. A pesar del vínculo de la ciudad con el agua, desde hace décadas Bruselas había carecido de instalaciones acuáticas al aire libre. Ante esta situación, desde 2015, el colectivo POOL IS COOL defiende la reintroducción de la natación al aire libre en Bruselas. En 2021 abrieron FLOW, un proyecto temporal que constituye la primera piscina pública exterior de la ciudad construida en cuarenta años.
El proyecto se llevó a cabo en un solar triangular al lado del dique del canal y del puente Pierre Marchant, en una tierra de nadie que incluso las diferentes autoridades de la ciudad, desde la administración de carreteras hasta el puerto y la agencia medioambiental, no sabían identificar de quién era responsabilidad. El espacio se encuentra en un barrio en transformación, en una antigua zona industrial de enorme potencial que en los próximos años pasará a ser una zona mixta residencial y comercial a lo largo del canal. Se trata de un terreno singular, al cual se puede acceder desde diferentes alturas, ya sea desde el puente y el suelo, o desde el puente adyacente, cerrado al tráfico motorizado durante años. El lugar constituye un paso peatonal y ciclista, un espacio público destinado a reunirse y disfrutar de la vista sobre la ciudad
Objeto de la intervención
POOL IS COOL, junto con el estudio Decoratelier Jozef Wouters, se propuso crear el proyecto FLOW como prototipo y modelo de soluciones más permanentes, con el objetivo de convencer a las autoridades para que inviertan en la creación de espacios acuáticos abiertos a la ciudadanía en Bruselas. FLOW aborda la urgencia de la carencia de natación al aire libre en la capital europea y ofrece un lugar seguro para refrescarse en verano, en un contexto en que las altas temperaturas amenazan con ser cada vez más frecuentes.
Decoratelier Jozef Wouters, ubicado cerca de la piscina, planteó este proyecto a su vez como un proyecto participativo que ofreciera formación y trabajo temporal a más de cincuenta jóvenes del barrio con problemas graves de desempleo. Los jóvenes no solo contribuyeron con sus manos, sino también con sus voces en debates sobre el acceso al espacio público, haciendo del proyecto un punto de encuentro y discusión de los más jóvenes sobre las necesidades de los vecinos y los habitantes de Bruselas
Descripción
El diseño del proyecto se basa en un sistema modular construido con bastidores metálicos reutilizados y madera recuperada o sostenible, que incorpora las instalaciones de una piscina al aire libre de 17 × 7 metros con poca profundidad para ser apta para los niños, con vestuarios y duchas. Las terrazas de varios niveles que rodean la piscina permiten que los visitantes se relajen sin perturbar la privacidad de los bañistas. Además, las cubiertas también sirven de podio o de gradas para actividades culturales, y unos elementos decorativos de artistas locales dan al espacio la sensación de ser un sueño de agua.
De acuerdo con las ambiciones sociales del proyecto, la estructura está diseñada para ser construida por muchas manos: unas piezas de madera idénticas repetidas de modo que su creación y uso pueda aprenderse y transmitirse fácilmente entre constructores sin experiencia y permita su desmontaje y reutilización en ajustes futuros.
Valoración
Esta piscina ha respondido al difícil reto de ser un lugar arraigado a su frágil contexto social y un atractivo para toda la región como única piscina pública exterior. Para lograrlo, FLOW acoge un programa cultural y actividades familiares (clases de natación, sesiones para mujeres) en un espacio de ocio radicalmente inclusivo en un barrio muy diverso de Bruselas. Para su desarrollo y gestión, POOL IS COOL unió fuerzas con organizaciones de distintos ámbitos: arquitectura, trabajo social, comunicación y cultura. La inserción laboral de la juventud local en la gestión diaria de la piscina resultó clave para crear un sentimiento de responsabilidad compartida y lograr enraizar el proyecto en su entorno.
Durante su primer verano, FLOW tuvo una acogida que superó con creces las expectativas de ser un espacio público inclusivo compartido por diferentes públicos de todas las edades. La gente no solo iba a nadar y chapotear, sino a clases de fitness, al cine, conciertos, debates y actuaciones, o simplemente a leer un libro al sol. Un segundo objetivo, que también se cumplió con éxito, consistía en construir un debate público sobre la necesidad de introducir áreas para nadar al aire libre en la ciudad. El proyecto ha tenido una acogida muy positiva en la prensa y en los órganos de gobierno, ha evidenciado la necesidad de construir más lugares públicos para nadar y ha demostrado su potencial para reducir las desigualdades sociales y fortalecer el tejido social en un entorno urbano.
POOL IS COOL, además, ofrece una solución a un problema cada vez más presente en las ciudades: las altas temperaturas del verano y la necesidad de encontrar soluciones para esta situación que sean equitativas y accesibles para toda la ciudadanía, especialmente para aquellas personas con situaciones económicas y de vivienda más precarias.
[Última actualización: 15/11/2022]