Estado anterior
Cuando se proyectó el barrio Bežigrajski dvor en la ciudad de Liubliana en 1994, se demolieron unos antiguos cuarteles para construir una zona residencial y comercial en su lugar. El resto de la parcela estaba destinada a un edificio de la administración estatal que nunca obtuvo licencia de construcción. De esta manera, antes de la intervención, el lugar era un solar descuidado similar a un cráter cerca del centro de Liubliana.La fosa había estado rodeada por una valla y los transeúntes rara vez podían ver qué se escondía dentro.El Ministerio de Justicia, propietario del solar de dieciocho mil metros cuadrados, había recibido quejas de los vecinos sobre su estado de abandono, convertido en un nido de ratas y mosquitos. El Ministerio aceptó reutilizar temporalmente el solar, y en 2020 se firmó un contrato de gestión gratuita de cuatro mil metros cuadrados por dos años.
Por primera vez en veintiséis años, esta zona cerrada y oculta se hizo accesible al público.
Objeto de la intervención
Krater fue creado para restaurar y reutilizar temporalmente el solar abandonado. Formado por un equipo de profesionales de diferentes disciplinas —diseñadores, ecologistas, permacultores y arquitectos, que formaban la comunidad Krater—, el colectivo centró sus esfuerzos en recuperar el lugar con el objetivo de establecer un espacio de producción dirigido por activistas ecosociales para la comunidad. Al tiempo que se producían materiales ambientalmente conscientes, se promovían prácticas que invitaran a las comunidades urbanas a conocer el medioambiente y el trabajo de los grupos implicados.
Descripción
Se llevó a cabo una restauración paisajística preliminar y se instalaron tres unidades móviles de producción —dos talleres de madera y fibra y un MycoLab— que sirven de marco para ampliar la percepción de los ciudadanos sobre lo que significa convivir con la naturaleza. Era crucial que las unidades de producción fueran móviles para poderlas reubicar una vez que se reiniciara la construcción en el lugar, y que además estuvieran construidas con materiales reciclados. Los diseños se basaron en las condiciones del microclima del sitio (asoleo, humedad) y se adaptaron a los usos específicos (por ejemplo, el invernadero del proyecto Santuario de plantas abandonadas necesita más humedad que otras unidades). Junto con las unidades móviles de producción, también se han diseñado diferentes infraestructuras para las necesidades de la comunidad: un espacio común que cuenta con un patio cubierto, una cocina, un espacio de almacenamiento de arcilla, un área de procesado de biomasa, baños, un vivero de carpas doradas, jardines, una colmena, un hotel de insectos y pajareras.
Valoración
Krater invita a sus visitantes a aprender habilidades de autoorganización, autoabastecimiento y adquirir conocimientos basados en la ecología local. Este novedoso ecosistema ofrece ejemplos de cómo diseñar reservas resistentes al clima en entornos urbanos que pueden mejorar la vida de humanos y no humanos.
Debido a la percepción que se tiene de los ecosistemas como el de Krater como naturalezas degradadas, a menudo se ignora lo importantes que pueden ser desde el punto de vista de la biodiversidad al reducir los efectos del sobrecalentamiento urbano, el ruido y la contaminación del aire. Este solar, que en el pasado se veía como una fuente de problemas para la comunidad, pasó a ser una fuente de nuevas posibilidades para los residentes locales.
Los talleres permiten el procesado de plantas invasoras, hongos, arcilla y materiales de desecho orgánicos, al tiempo que proporcionan un espacio y las herramientas para la producción simple de objetos útiles con una baja emisión de gases de efecto invernadero
[Última actualización: 15/11/2022]