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Shirokë es un pueblo de pescadores a orillas del lago Shkodra, cerca de la frontera con Montenegro, cuyos habitantes han vivido durante siglos de la pesca, de los huertos y del tejido de alfombras. El régimen comunista había privado a los ciudadanos de vivir de las actividades “privadas” tradicionales, y, con la caída del régimen, se produjo una desconfianza generalizada en la esfera pública que condujo a un período de ocupación descontrolada y a la privatización del espacio público. Como resultado, el paseo a lo largo del lago Shkodra fue ocupado con construcciones ilegales —casas privadas, restaurantes, párquines privados y quioscos— e invadido por coches que estacionaban en todas partes y el área se llenó de escombros. No había una conexión segura con el lago desde la carretera principal ni desde las casas del pueblo.
Objeto de la intervención
La tarea inicial era regenerar la orilla del lago Shkodra. Tras una primera fase de investigación, se propuso enriquecer el recorrido a lo largo del perímetro del lago con una vía peatonal y un carril bici. Más tarde, el encargo se amplió e incluyó áreas a lo largo de una ruta circular que conecta el lago y las montañas circundantes.
El proyecto forma parte de un plan de 115 hectáreas que se construirá durante los próximos años. Su objetivo es recalificar completamente la orilla occidental del lago siguiendo una estrategia de reparación para recuperar todas las zonas verdes naturales y las playas. Esta recuperación incluye crear nuevas zonas verdes y recreativas, no solo en las orillas, sino también en la montaña, y restaurar un puerto pesquero natural. Para conectar todas estas áreas se generará una vía circular de diez kilómetros para peatones y bicicletas, y nuevos senderos que conecten el lago con la cima de las montañas.
Alfombra albanesa no solo tiene como objetivo restaurar el paseo lacustre, sino también reconstruir un sentido de pertenencia y apego al espacio público. Además de la conectividad, el proyecto genera intervenciones paisajísticas que incluirán un proyecto de interpretación sobre la historia, las tradiciones y los aspectos naturales de la zona y un nuevo museo y centro de visitantes conectado directamente con la plaza, donde se informará a los visitantes sobre la flora y la fauna de la zona y podrán acceder a un mirador público para disfrutar de unas vistas de 360 grados sobre el lago y las montañas
Descripción
El nuevo espacio público se concibe como una gran casa conformada por diferentes estancias abiertas inspiradas en la habitación tradicional albanesa, caracterizada por un banco largo y bajo en forma de U donde las familias se sientan, se tumban o duermen. Estas habitaciones se abren a las vistas sobre el lago y estimulan la interacción de los ciudadanos con usos, como unos juegos infantiles, una sala de picnic, salas de estar, un anfiteatro y la habitación del pescador.
El lado interior de las habitaciones en U está construido con madera, mientras que el exterior es de piedra. El pavimento, los asientos y los escalones están revestidos de granito blanco y negro siguiendo el patrón tradicional de las alfombras albanesas, lo que proporciona una identidad única y doméstica al espacio.
Los árboles existentes se integran en el diseño, al igual que unos nuevos árboles pequeños plantados. El centro de la plaza, libre de árboles y elementos urbanos, permite celebrar actos públicos. El paseo lacustre se transforma en una plaza peatonal que reduce la presencia de coches, pues un nuevo aparcamiento para visitantes situado a la entrada del pueblo invita a la visita a pie.
Valoración
Alfombra albanesa se ha convertido en una sala de estar al aire libre para todos los grupos vulnerables, una zona totalmente accesible y segura, al tiempo que da pleno acceso a la orilla del lago a los ciudadanos. El espacio público fomenta la interacción social y la economía local. Se estima que más de tres mil vecinos y cinco mil visitantes disfrutan a diario del nuevo proyecto, que está teniendo un gran impacto en la vida cotidiana y en la economía de la zona. Durante todo el año hay todo tipo de actividades recreativas, especialmente durante los meses más cálidos: cine al aire libre, conciertos, actividades infantiles e incluso mítines políticos. Ciudadanos y turistas de diferentes edades acuden a la zona en todos los medios de transporte —bicicleta, coche, autobús y a pie— para reunirse y compartir los espacios.
Por otro lado, el nuevo espacio replantea la movilidad, la accesibilidad y la inclusión social, al tiempo que se ha restituido la vida animal expulsada de la ciudad y se han promovido zonas verdes. Varias especies de aves y otros animales han vuelto a colonizar parte de su antiguo hábitat gracias a la restauración de la vegetación y la restricción de coches en la zona.
[Última actualización: 15/11/2022]
