Estado anterior
«La belleza está en el lugar y solo necesita ser mostrada». Vlora y, en su conjunto, Albania poseen una historia rica e interesante. Pero han sido los acontecimientos de los últimos períodos históricos los que han configurado en buena parte el frente marítimo de Vlora. En un primer momento, las intervenciones de la etapa comunista, más tarde, la expansión de las privatizaciones llevadas a cabo de forma ilegal durante el postcomunismo y el pobre mantenimiento practicado víctima de las limitaciones financieras del gobierno provocaron que la bellísima línea costera acabara en un estado deplorable sin calidad y llegara a ser insegura para los ribereños y sus usuarios. En su segmento más oriental, los vertederos incontrolados de desechos habían invadido los terrenos y contaminado los bordes, lo que obligaba a los ciudadanos a trepar por encima de las rocas y los desechos para poder llegar al mar. A la vez, la erosión estaba amenazando seriamente la playa principal y el recorrido peatonal existente.
Una carretera principal separó la línea de costa y el mar y durante un tiempo se hizo la previsión de dar más anchura a la vía. El tráfico, caótico y frenético, bloqueó el acceso físico al territorio, pero también las vistas y, en consecuencia, la apropiación deseada de las playas y del todo el conjunto del frente costero.
Objeto de la intervención
La recuperación del frente marítimo de Vlora forma parte de las actuaciones previstas para el desarrollo de la costa albanesa como destino turístico dentro de un modelo coherente de economía sostenible. Por esta razón, la agencia para el desarrollo urbano y territorial, Atelier Albania, convocó un concurso internacional. La financiación de los trabajos ha procedido de la Unión Europea, mientras que la coordinación y el coste de los estudios fueron asumidos por el Fondo de Desarrollo de Albania (ADF). Las directrices básicas para la intervención apostaron por la creación de una continuidad a lo largo del perfil de la costa con la inclusión de espacios diferenciados de acuerdo con las necesidades expresadas por los gobiernos locales y también por parte de los ciudadanos. Con estos parámetros simples pero bien claros el proyecto ganador propuso la construcción de un paseo marítimo de hormigón blanco continuo a lo largo de los 5 km de la línea de costa. Durante todo su recorrido, la plantación de especies locales, el conocido pino de Alepo, debía aportar con un mínimo de esfuerzo un incremento de la calidad espacial del frente marítimo, con una operación dirigida a extender los bosques del alrededor hacia la costa para crear un conjunto armonioso y una imagen de homogeneidad. El paseo y la línea de árboles son los elementos conectores para la inclusión de áreas con características diversas como son playas, áreas de deportes y otros espacios públicos como parques y plazas.
Un aspecto esencial de la propuesta de recuperación del frente marítimo debía ser la mejora de la relación de la ciudad con el mar. Había que reducir el ancho de la carretera e introducir muchos más pasos de peatones para circular más fácilmente entre la explanada y los bares y restaurantes del lado de la ciudad, y los jardines públicos, las playas y la plaza del lado del mar. En términos generales, había que ordenar los bordes del mar y, en la medida de lo posible, ir creando accesos seguros al agua a partir de diferentes formas de llegar ahí.
Descripción
El paseo de hormigón blanco, con su luz particular y las reservas circulares para los árboles, es el elemento principal que asegura la continuidad del proyecto. Esta franja fina realza las atmósferas diferentes que van punteando la orilla del mar. Desde el norte, el primer elemento es una gran plaza que funciona como un nuevo espacio público para el frente marítimo de Vlora, el cual, pavimentado en hormigón y baldosas de granito en disposición aleatoria, tiene suficiente capacidad para alojar actividades como cine al aire libre y mercados, entre otros. Muy próximo a este espacio hay un anfiteatro en una isla sobre el mar en forma de círculo que aparece y desaparece de acuerdo con el ritmo de las mareas y las olas. Una escalinata dispuesta a lo largo de la gran plaza y del parque inmediato permite el acceso directo al mar y también su contemplación. Ocupando el lugar de unos antiguos jardines, el parque es una gran superficie verde con una red de caminos de geometría romboidal que recorre la costa, donde se alternan zonas de sombra y zonas soleadas junto con un área de juegos para niños y espacios preparados para picnics y barbacoas. El parque conduce a la playa principal de Vlora, que es el punto privilegiado para los baños de sol. Por el contrario, la playa que se extiende hacia el sur se convierte en una franja más natural y salvaje gracias al tratamiento sinuoso del paseo marítimo que pierde su carácter rectilíneo para pasar a delimitar una serie de superficies para la plantación de pinos que invaden alternativamente el espacio de la playa.
En la parte final del paseo, el derribo de unos hoteles ha permitido introducir campos de deporte junto al mar distinguidos por colores alegres. Es en este punto del recorrido donde se disfruta de las mejores vistas de la costa de Vlora y donde se encuentra el último espacio público de la intervención, una superficie de travertino sobre el mar destinada a la pesca, a cualquier otro tipo de deporte y también a la relajación.
Valoración
La intervención realizada corresponde a la primera fase del proyecto que ha servido para recuperar 5 km a lo largo de la línea de la costa. Más allá de la renovación de las playas y de la extensión de los árboles de los bosques autóctonos hacia el frente marítimo, el resultado obtenido se mide por la armonía del conjunto que ha preservado la identidad típica del paisaje mediterráneo de Albania.
El proyecto ha trastocado el aspecto de Vlora y ha sacado partido de la diversidad de elementos que forman su frente marítimo. Esta es una declaración que fue compartida tanto por los autores del proyecto como por los ciudadanos y el alcalde de la población durante los últimos días de las obras. Ya desde el momento de su construcción se puso de manifiesto la energía transformadora del proyecto, el cual, si bien es simple en su materialización y su geometría, por el contrario, ha generado un fuerte impacto. Por ejemplo, ha disparado la adquisición y el uso de bicicletas y también ha incrementado el uso del transporte público. Igualmente, ha producido un alza en el valor de la propiedad del frente marítimo que ha revertido en más ingresos municipales en forma de parkings de pago y de concesiones de terrazas y de playas. Con el buen tiempo los ciudadanos de Vlora llenan el paseo de mar y eventos y actividades de tipo muy diverso han comenzado a invadir los espacios más singulares.
Ahora el reto pendiente es acometer la segunda fase del proyecto que debe abordar la transformación del puerto en un espacio abierto al público. El diseño implementado, flexible y abierto a interpretaciones, quiere ser un instrumento urbanístico con vocación de modelo para la costa de Albania.
Teresa Navas
[Última actualización: 05/09/2024]