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A poca distancia del corazón turístico de la ciudad de Bruselas, dentro del distrito de Kuregem, la zona del Abattoir se encuentra en un proceso de cambio acelerado. Desde finales del siglo XIX, ha sido sin interrupción una de las áreas industriales más prósperas de la capital especializada en ser el matadero urbano y ahora dedicada al empaquetado de carne y de espacio de mercado. Los barrios que la rodean son vibrantes y multiculturales, formados por una población básicamente inmigrante, pero se encuentran carentes de servicios públicos y económicamente deprimidos. Además, la gran área del Abattoir no ha propiciado la vida pública debido a las barreras físicas que han fragmentado los diferentes barrios. Un paisaje duro de construcciones de cemento ha dominado el terreno pensado para las operaciones de transporte y de logística que tienen una dimensión poco humana. La planificación urbanística del distrito ha tenido en cuenta estas características con la idea de una reforma que ponga en relación al barrio con la industria. El punto de partida es el hecho de que las industrias actuales no necesitan estar separadas de la vida de la comunidad, sino que pueden estar integradas y, en algunos casos, combinarse bien con el fin de crear un barrio trabajador con múltiples usos y vocaciones.Objeto de la intervención
«Abattoir 2020» es el plan director dirigido a convertir el distrito de Kuregem, dedicado al empaquetado de carne, en un entorno urbano caracterizado por la mixtura de usos. Las directrices consisten en revitalizar las industrias relacionadas con el mercado cárnico, renovar el espacio público, reconectar los diversos barrios ahora fragmentados y crear espacios suficientes para futuros paisajes productivos. Se decidió que la primera fase de la intervención fuera la construcción del mercado de Bruselas, como elemento que facilitara todo el proceso de reforma de la dimensión histórica del barrio industrial y se convirtiera en el nuevo foco físico tanto en términos de trabajo como de intercambio comunitario. La segunda fase se concentra en la creación de la granja en la cubierta del mercado y la rehabilitación del edificio antiguo del matadero.
Mientras se diseñaba el proyecto, sus autores involucraron a los residentes locales para poder crear consenso. Entre otras acciones, se formó una “quality chamber” (oficina de calidad) para poder supervisar el desarrollo de la obra, se solicitaron subvenciones para financiar las mejoras previstas y se desarrollaron una secuencia de proyectos piloto en los que cada inversor activó un área de actuación, lo que provocó un efecto dominó en la implementación del proyecto.
Descripción
El mercado de Bruselas previsto en la fase 1 incluye la instalación del tratamiento de la carne a nivel industrial, varios tipos de puestos de mercado, los espacios de aparcamiento y de logística y, por último, una amplia zona de granja en su cubierta de 4.000 m2 que tiene relación con las áreas adyacentes de pequeño comercio, así como un restaurante con producto de km 0, «de la granja a la mesa». El edificio se ha construido con un lenguaje arquitectónico muy consistente, con unos elementos llamados «paneles platónicos», que crean unos pórticos de gran tamaño que pueden combinarse de formas diversas. Los diseñadores los designaron así dadas las grandes formas recortadas de geometrías variables que dan identidad a los dinteles de los pórticos moldeadas con cemento armado. El uso de las diferentes unidades de paneles platónicos permite formar un edificio de grandes estancias interconectadas para acabar configurando un almacén urbano de espacios flexibles y distribución generosa, al tiempo que es monumental, con la voluntad de ser un edificio con una clara formalidad metropolitana pero cuyo contenido no se ha definido previamente.Valoración
El mercado es un monumento para una sociedad abierta, una celebración de la vida del mercado con presencia cívica. Al mismo tiempo, es el resultado del esfuerzo de la comunidad y en este momento se puede realizar un balance de éxito a nivel industrial, comercial y cultural. Planificadores urbanos, diseñadores y expertos en financiación y en tecnología, pertenecientes a la Organization for Permanent Modernity, han realizado un seguimiento durante ocho años para aconsejar en el proceso de renovación del distrito. Hoy el nuevo edificio es una parte integral de las operaciones del tratamiento del empaquetado de carne que ha adoptado las últimas tecnologías de almacenamiento. La actividad del mercado, que tiene lugar cada lunes, miércoles y viernes, llena la zona de un gran bullicio de vendedores tanto dentro como fuera del edificio. De este modo, se ha convertido en un icono cultural y un nodo de relación para los residentes y trabajadores de los barrios de los alrededores. Su gran espacio interior y los espacios públicos adyacentes también sirven para alojar actividades tan diversas como programas extraescolares para niños sobre la conciencia alimentaria, ofertas de trabajo y eventos socioculturales como danzas africanas y exposiciones de arte.
Teresa Navas
[Última actualización: 22/08/2019]