Estado anterior
El Handelsbeurs es un complejo cultural que contiene una sala de conciertos muy popular en Gante. Su fachada septentrional da a la concurrida plaza Kouter, por donde tiene su acceso principal. Por el contrario, la fachada posterior, que ha sido recientemente reformada, se abalanza contra la orilla del canal Ketelvest sin dejar ni siquiera el espacio suficiente para que quepa una acera para los peatones. Así pues, el edificio no puede tener allí ninguna entrada y, hasta no hace mucho, se conformaba con asomarse sobre el curso de agua a través de una pequeña terraza.Una calle homónima acompaña el canal en la orilla opuesta, aunque su calzada transcurre a un nivel sensiblemente superior al del agua. Salva el desnivel un terraplén plantado con césped pero excesivamente inclinado para ser practicable. En su límite inferior hay una pasarela de madera, paralela al eje del canal, donde amarran embarcaciones de pequeño calado. Desconocido y poco frecuentado, el lugar está en un considerable mal estado de conservación. Sin embargo, posee un cierto encanto y ofrece un indiscutible respiro al bullicio de las calles comerciales que lo rodean.
Objeto de la intervención
Sensible a estas cualidades, el Handelsbeurs promovió en 2006 un proyecto que pretendía sacar provecho de los potenciales que el lugar ocultava. En una primera fase, la actuación debía construir un vínculo de unión entre el complejo y la orilla opuesta. Ello permitiría abrir una segunda entrada en la fachada posterior del edificio y contribuiría a activar el lugar. En una segunda fase, el proyecto preveía actuar sobre el terraplén de césped para hacerlo más accesible y convertirlo en un lugar de estancia.Descripción
En 2008 se ejecutó la primera fase del proyecto, consistente en la instalación de una pasarela que sobrevuela el canal para unir la terraza del Handelsbeurs con la calle Ketelvest. Está formada por un tablero trapezoidal de vigas metálicas que se inclina ligeramente para absorber la diferencia de cota entre sus dos extremos. Esta inclinación queda oculta detrás de las barandillas, que se sobreponen a los cantos de la pasarela. Constituidas por un marco rectangular que contiene una celosía de latas verticales de madera, están dispuestas horizontalmente, de modo que, a medida que se alejan del Handelsbeurs, ganan altura respecto al suelo.Ello hace que en el extremo de la calle Ketelvest superen la altura de una persona, adquiriendo así la rotundidad suficiente como para definir un ámbito parecido a un patio. Este efecto se ve reforzado por la puerta corredera que cierra la pasarela, resuelta con la misma celosía de las barandillas y con su misma altura. El tablero de la pasarela está pavimentado con una tarima de latas de madera que sigue el ritmo de la celosía vertical de las barandillas. La geometría trapezoidal de la planta hace que el patio sea más amplio que el extremo opuesto y que supere la mera condición de espacio de paso para convertirse en lugar de estancia. Además, esta forma incide sensiblemente en la percepción espacial del visitante. En dirección al Handelsbeurs, enfatiza la perspectiva y hace que la pasarela parezca más larga de lo que realmente es. En el sentido inverso pasa todo lo contrario.
Valoración
La segunda fase del proyecto plantea la inserción sobre el terraplén de una serie de dados de hormigón que ofrecerán superficies para tumbarse en diferentes posturas. A falta de la ejecución de esta fase, la inserción de la pasarela ya ha contribuido a activar el lugar. Más allá de su belleza, que la convierte en un atractivo hito visual, ha permitido abrir un acceso a un equipamiento muy concurrido. Ello incrementa sustancialmente el número de transeúntes que, aparte de usarla como un espacio de paso, la entienden como un lugar de estancia, similar a una terraza.David Bravo Bordas, arquitecto
[Última actualización: 02/05/2018]
