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Durante el siglo XIX, las orillas del río Aire a su paso por Castleford se llenaron de fábricas y se convirtieron en un espacio descuidado, contaminado e infrautilizado. A partir de entonces, la ciudad se desarrolló hacia el sur y se alejó del curso fluvial. Al norte sólo quedó un barrio obrero que ocupa la isla delimitada por el pronunciado meandro que describe el río y por un canal navegable. En el punto medio del meandro, donde el río se ensancha ligeramente para formar la denominada bahía de Castleford, hay una antigua presa con un molino. Al pie de la presa se halla el casco metálico de una embarcación embarrancada. Un único puente de la época victoriana y con un intenso tráfico rodado conectaba hasta hace poco ambas orillas del río.Objeto de la intervención
La paulatina desindustrialización que ha experimentado Castleford durante las últimas décadas motivó que, con el cambio de siglo, la ciudad se planteara seriamente el restablecimiento de su relación con el río y la recuperación del carácter natural de su lecho. Ello, junto con la necesidad de reforzar la conexión entre ambas orillas, condujo al ayuntamiento a convocar un concurso para definir un plan de restauración paisajística de las orillas y para levantar una pasarela sobre la antigua presa.Descripción
Con una longitud total de ciento treinta metros y una anchura de cuatro, el nuevo puente es exclusivo para peatones. Tiene un trazado de doble curvatura, en forma de S, y se apoya, en tres puntos, sobre pilas metálicas formadas por pares de pilares inclinados que dibujan cuñas en forma de V. Su tablero está revestido con un pavimento de latas de madera de cumarú que se curvan para seguir el perfil longitudinal del puente. En las luces entre soportes, cuatro bancos de veinte metros de largo resiguen longitudinalmente el centro del tablero y emergen suavemente por encima de su nivel para aumentar el canto estructural del puente. Las barandillas laterales están formadas por un espeso pasamanos de madera de cumarú que contiene el alumbrado. El pasamanos se apoya sobre montantes de acero que están curvados para dificultar que la barandilla pueda ser escalada y los entrepaños entre montantes están resueltos con cables tensados de acero que le confieren una máxima transparencia en la barandilla.En la antigua presa se ha insertado un paso para peces y se ha mantenido la embarcación encallada para que pueda ser contemplada desde la nueva pasarela. De momento se han recuperado dos pequeños tramos de orilla a cada lado del río, pero se han previsto más actuaciones en una segunda fase de la intervención. En la orilla sur, se abrirá una nueva plaza sobre el estribo de la pasarela, desde donde arrancará un paseo de ribera que llegará hasta el puente viejo. En la orilla norte, el puente recalará entre un anfiteatro y un belvedere y se abrirá un segundo paseo de ribera hasta el puente viejo.
Valoración
Aparte de la mera conexión infraestructural, el nuevo puente de Castleford desempeña dos importantes funciones. Por un lado, es un mirador que ofrece una visión insólita del río, de la bahía de Castleford y, sobre todo, del espectáculo de espuma blanca formada por las aguas revueltas al caer por la presa mientras envuelven el casco embarrancado. Por el otro, la carga icónica de su estructura ligera y sinuosa constituye un hito que funda un lugar de encuentro atractivo y reconocible a los ojos de los ciudadanos. Mirador e hito, ver y ser visto, constituyen dos funciones complementarias del puente que refuerzan sustancialmente el papel del río Aire como nuevo espacio público central de la ciudad.David Bravo Bordas, arquitecto
[Última actualización: 02/05/2018]