Estado anterior
En el año 812, con la fundación del monasterio de Sant Esteve a poco menos de un kilómetro de la orilla oriental del lago de Banyoles, se construyó una importante red de canales de riego que llevaban el agua desde la cuenca lacustre hasta el río Terri. Esta infraestructura permitió desecar las ciénagas existentes en ese emplazamiento, haciéndolo apto para la explotación agrícola y, posteriormente, para el surgimiento de la ciudad de Banyoles. De hecho, su trama urbana siguió obedientemente la pauta establecida por las acequias, que todavía hoy quedan a la vista en numerosas calles del casco antiguo. A su función originaria como sistema de riego y de drenaje, se añadieron nuevos usos, como el de lavar la ropa y, con la llegada de la industria, el de abastecer a forjas, harineras y talleres textiles y de curtido de pieles. Hasta hace poco, el deterioro del casco antiguo, abandonado e invadido por el vehículo privado, se reflejaba en el estado de las acequias, que habían pasado a formar parte del sistema público de alcantarillado.Objeto de la intervención
En 2003 el Ayuntamiento decidió destinar una inversión de tres millones de euros a subsanar esta situación. Partiendo de la plaza Mayor, la intervención debía extenderse en diferentes fases por muchas calles y plazas del centro hasta el monasterio, expulsando de toda el área de actuación al vehículo privado, ennobleciendo los pavimentos y restaurando las acequias.Descripción
Las aceras y el asfalto de las calles, así como el sablón de las plazas, fue sustituido por un pavimento teselado de losas de travertino. Esta piedra tosca y ligera, causada por la incrustación de musgos y hierbas en piedra caliza en los lugares de emergencia de algunas fuentes, está muy presente en el subsuelo de Banyoles y es el principal material constructivo de sus edificios medievales. En el nuevo pavimento, las losas de travertino se pliegan sobre sí mismas para dar paso a las acequias, que quedan descubiertas en algunos tramos intermitentes. Eventualmente, los tramos descubiertos se abren en secciones más anchas, formando charcos en los que se detiene el agua, ahora limpia.Valoración
Las aceras y el asfalto de las calles, así como el sablón de las plazas, fue sustituido por un pavimento teselado de losas de travertino. Esta piedra tosca y ligera, causada por la incrustación de musgos y hierbas en piedra caliza en los lugares de emergencia de algunas fuentes, está muy presente en el subsuelo de Banyoles y es el principal material constructivo de sus edificios medievales. En el nuevo pavimento, las losas de travertino se pliegan sobre sí mismas para dar paso a las acequias, que quedan descubiertas en algunos tramos intermitentes. Eventualmente, los tramos descubiertos se abren en secciones más anchas, formando charcos en los que se detiene el agua, ahora limpia.David Bravo Bordas, arquitecto
[Última actualización: 02/05/2018]