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Dominando la bocana y el acceso al emblemático puerto marsellés, a los pies de una mola fortificada de indiscutible presencia en todo el contexto portuario, una vasta explanada de hormigón, el antiguo muelle de maniobras J4, permanecía en los últimos años prácticamente desierto y completamente inaccesible al público, sin continuidad con la estructura urbana.Objeto de la intervención
Enmarcadas en el plan estratégico global de Marsella con el fin de desarrollar el papel central que su posición geográfica refuerza dentro de la región del arco mediterráneo, una serie de actuaciones urbanísticas de gran escala pretenden reactivar el histórico puerto como el motor económico y cultural que ha sido siempre para la ciudad. Para refundar desde las actuales coordenadas la de hecho indisoluble alianza entre la ciudad y su puerto, éste se replantea como una estación marítima en que las comunicaciones nacionales y transnacionales y la diversidad de usos que se inscriban ayuden a Marsella a desempeñar ese deseado papel en la región euromediterránea.Las actuaciones planificadas en la fachada marítima prevén, entre otras líneas de actuación, la rehabilitación-refuncionalización de los edificios históricos presentes en los muelles para que, reconociendo el papel que han tenido en la historia de Marsella, se mantengan como hitos simbólicos en el puerto transformado.
El acondicionamiento de esta explanada del muelle J4 forma parte de la operación de remodelación urbana de los alrededores del fuerte Saint Jean y su rehabilitación específica para acoger el futuro Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo. Recuperar ese muelle como una gran plaza cívica en el extremo del puerto debía permitir la reapropiación por parte de la gente de ese lugar, dentro de la estrategia general de mejora de las conexiones entre los tejidos urbanos y la gran pieza autónoma del Puerto.
Descripción
La actuación realizada transforma poderosamente el carácter duro y funcional de una superficie monótonamente gris a la que sólo se había exigido hasta el momento la condición de soporte de mercancías diversas. Mediante un tratamiento de materiales sencillo a ras de suelo se confiere a la base un aire marítimo amable e igualmente funcional, teniendo en cuenta, sin embargo, las condiciones necesarias para su nuevo uso como espacio de acogida, de ocio y de paseo en la bocana del puerto.El proyecto proporciona de nuevo todo el ámbito y rompe la gran escala de esta antigua base indiferenciada, que se suaviza definiendo un ámbito central con una superficie de arena libre que busca la máxima adaptabilidad ante varias demandas de uso, pensada para acoger ferias temporales y/o actos de diferente formato. Paralelamente, se definen unos espacios de recorrido que enmarcan el cuadrado central y conducen hacia una zona de playas reconfigurada y a una pasarela-paseo con vistas al mar. Este paseo se ha formalizado bajo unas lonas tensadas que crean un pequeño refugio que recuerda el velamen en las cubiertas de los barcos. El suelo de la pasarela se convierte en una grada que vierte hacia la plaza de arena y subraya su vocación de espacio versátil y polifuncional, mientras que, por el otro lado, hace de límite a un aparcamiento en superficie ligeramente deprimido, para convertirse en una terraza alargada que, rematada por una barandilla, integra los accesos al aparcamiento y al muelle de cruceros. La circulación de coches se produce tangencialmente al ámbito, lo que deja las playas y las nuevas zonas en el basamento del fuerte Saint Jean absolutamente ajenas a ese flujo.
Valoración
La intervención en este antiguo muelle ha reestructurado el lugar sin desdibujar la vasta explanada original, interviniendo sutilmente a ras de suelo pero sin alterar la diafanidad del espacio, ha cambiado su lógica acercándola a las personas. Los diferentes ámbitos y recorridos propuestos tienen en cuenta magníficamente las condiciones de contorno y ayudan a la lectura urbana de la fachada marítima y de la colina sobre la explanada. El nuevo espacio público es un primer paso en la conquista urbana de la gran pieza portuaria, durante años desvinculada de la estructura de la ciudad.El puerto renovado se acerca a la ciudad y viceversa, en una mezcla de usos que devienen complementarios. Al mismo tiempo, el proyecto ha sabido integrar inteligentemente un aparcamiento lo suficientemente grande, vinculado igualmente a la nueva terminal de cruceros, que hace que la pretensión de convertir la gran arena en un lugar polifuncional tome cuerpo, se haga factible, y no se quede en un mero propósito desasistido de ciertas condiciones básicas de garantía funcional.
Mònica Oliveres i Guixer, arquitecta
[Última actualización: 02/05/2018]