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Conocida popularmente como en Triángulo de las Artes, la zona que se extiende entre el casco histórico de Madrid y el parque del Retiro se caracteriza por la profusión de pinacotecas, hasta el punto de que constituye una de las concentraciones pictóricas más importantes de Europa. Los equipamientos más relevantes del sector, que definen los vértices del citado triángulo, son el Museo del Prado, el Centro de Arte Reina Sofía y el Museo Thyssen-Bornemisza. Desde el año 2008, les acompaña CaixaForum, una sala de exposiciones sin ánimo de lucro y promovida por la entidad bancaria que le da nombre.

La creación del nuevo centro, fruto de la reforma y ampliación de una antigua fábrica textil, estuvo acompañada de la apertura de dos plazas adyacentes que le sirven como espacios vestibulares. Una de ellas es fruto del derribo de una gasolinera, lo que explica la molesta aparición de una medianera ciega que no favorecía nada su apariencia. El problema se resolvió con una celebrada intervención que cubrió el paramento vertical con un tapiz vegetal alimentado por un sistema de riego oculto. El otro espacio, inaugurado en 2007 y bautizado como Plaza de las Letras, tiene un origen similar y por ello adolecía de un problema casi idéntico.

Su vacío se originó en 2004, a raíz del incendio de la subestación eléctrica de Mediodía. El consiguiente derribo de las instalaciones dejó al descubierto otra medianera ciega. Se trataba de la testera de una antigua nave industrial que había contenido las denominadas Serrerías Belgas y que actualmente está siendo rehabilitada para acoger la nueva sede de Intermediae. Se trata de un centro impulsado por el Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid y dedicado a la aplicación de la tecnología digital a la creación artística. El mismo departamento municipal acondicionó un espacio en el subsuelo de la Plaza de las Letras con el fin de acoger el Medialab/Prado, un programa que anticipa el Intermediae y que se dedica a la exploración de las expresiones artísticas relacionadas con la cultura digital. Al urbanizarse la plaza, la testera de las Serrerías Belgas se ocultó detrás de un recubrimiento de planchas onduladas de acero. Aunque mitigaba el molesto efecto de la medianera, esta solución no dejaba de tener un carácter meramente provisional.

Descripción

El resultado de esta iniciativa fue la conversión de la medianera ciega en una pantalla digital de gran formato que ha recibido el nombre de Led Action Façade. El paramento vertical se ha recubierto con una matriz regular de conos truncados de aluminio, cada uno de los cuales funciona como un píxel de color, puesto que contiene tres diodos (LED) que emiten luz según el modelo cromático RGB. La sección de los conos se ha diseñado de modo que su paramento interior refleja la luz del foco emisor y amplifica el tamaño de cada píxel, que acaba teniendo unos cinco centímetros de diámetro.

Este diseño permite disminuir notablemente la cantidad de LED necesarios para cubrir una determinada superficie y, aunque reduce la resolución de las imágenes proyectadas en la pantalla, abarata considerablemente el coste de la instalación. Al final han sido necesarios 35.000 nódulos para cubrir una superficie de ciento cuarenta y cuatro metros cuadrados. Además, la independencia física de los conos hace posible que, en lugar de adoptar el habitual perfil rectangular, la pantalla tenga un perímetro escalonado que se corresponde con el de la medianera que oculta. Cuando la pantalla está apagada, el carácter voluminoso de los conos hace que presente una textura rugosa y vibrante que la diferencia de cualquier fachada convencional. Está perfectamente orientada hacia el norte, de forma que no queda nunca expuesta a la insolación directa. Además, posee la luminosidad suficiente como para funcionar durante todo el día, aunque es por la noche cuando ofrece imágenes más contrastadas y vivas.

Desde el momento de su instalación, el Medialab/Prado organiza continuamente talleres y seminarios donde tanto expertos como usuarios casuales son invitados a explorar sus posibilidades. Esta exploración se estructura sobre dos ejes principales. Uno de ellos está centrado en la producción de contenidos de calidad, con interés público y relacionados con el arte, el espacio público y las nuevas tecnologías. El otro involucra a individuos y colectivos en grupos de trabajo que reflexionan acerca de la producción de estos contenidos, entendiéndola como un proceso abierto y permanente que experimenta con nuevos métodos de interacción y participación. Las aportaciones pueden ser continuadas y estables, pero también puntuales, periódicas o anónimas.